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Escribir en las redes

28 agosto, 2023 | Apuntes, Libros, Lo que me pasa, Sin categoría, Vivencias | No hay comentarios

Reflexionemos sobre la forma de escribir en Instagram, o en el blog de Espacio Claudelina, en el que comparto patrones de tejido y notas de arte textil.

Entiendo que es necesario en contra un rumbo para que cada foto publicada vaya acompañada más poesía y no de un vocabulario tan duro. No me olvido que soy abogada y escribo mucho desde allí, con un vocabulario duro, formal, estricto, y que no se condice con el mundo textil o los comentarios de libros en Instagram de este blog de escritura.

¿Será por eso que hay menos «me gusta»? O será necesario espaciar un poco las publicaciones? ¿Cómo saberlo?

A lo mejor es necesario seguir un plan trazado como sugieren algunos que se dicen especialistas, y armar un calendario en el que se pauten ordenadamente las publicaciones, se las haga intercaladas por temas, y quedan pautadas para todo el mes. El tema es cumplirlas después.

Hay varios cursos de «storytelling» que enseñan las formas en hacer fluido el mensaje, encontrar el texto correcto para una foto e particular, y así cada post tenga un valor por si mismo y rinda sus frutos. No pierdo de vista que hay que hablarle al nicho, y si ese texto es un poco poético y fluye su lectura, lo van a agradecer.

A lo mejor es que puede suceder que las redes sociales cansan; que cada tanto hay que dar un vuelco o avanzar, y así con compré un curso en Domestika para diseñar los fondos de los bordados de los trabajos textiles que hago, a partir de dibujos sobre papel que finalmente me inspiró la terminar cuatro trabajos.

¡Qué dilema! Mientras tanto les comparto lo que fui encontrando luego de bucear las redes para ayudarme a avanzar en la escritura en redes sociales.

Domestika:

Compré los cursos de Polina Oshu sobre ilustración y otro de bordado

Libros:

Me compré el libro de Storytelling en formato ebook de Carlos Salas que se llama «Storytelling, la escritura mágica. Técnicas para ordenar las ideas, escribir con facilidad y lograr que te lean.»

Otros datos organizativos:

Les comparto también la página de Gloria Cervelló y también las ideas (en inglés) de Designer Blogs con muchas ideas para redes sociales blogs y la vida misma del internauta. Pueden buscar ahí ideas, protectores de pantalla, y tips.

BICHA DE CLAUDELINA

Fabio había nacido en una familia disfuncional, pero logró recibirse de neurólogo y obtuvo su matrícula de radioaficionado que lo llevaría a formar parte del grupo elegido durante la guerra de Las Malvinas en 1982.

Un padre violento, semianalfabeto que renegaba de la educación que él mismo no había tenido. Que creía que ser macho y tener pene era todo lo que necesitaba en este mundo para ser poderoso.

Su violencia hizo que su esposa, la madre de Fabio, abandonara la casa de un día para el otro, cansada de vivir encerrada para que no se le vean los moretones. De buenas a primeras, sin dar explicaciones, aprovechando la oscuridad de una noche de julio, se fue de la casa y nunca volvió.

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¿Porqué se van lejos?

3 junio, 2023 | Apuntes, Vivencias | No hay comentarios

Lejos no necesariamente son 10.000 kilómetros. Pueden ser 50 y parece que las respuestas a la pregunta serían las mismas.

De la encuesta hecha entre amigos que se fueron lejos y que los que se fueron cerca recibí respuestas similares.

Los hijos se van lejos para probar que pueden, o sólo para experimentar aquello que consideran un ideal, el cual tomaron entre sus manos y quieren ver cómo funciona. Algunos fueron, vieron y volvieron.

Más me llamó la atención que quienes emigraron del pueblo a la ciudad contaron que fueron tildados de traidores; que sus padres les dijeron que ya volverían con el caballo cansado, aunque eso nunca ocurrió.

Los varones que se mudaron a la ciudad  dieron vuelta el mandato que ordenaba que la mujer debía seguir al hombre ya que ellos siguieron a sus mujeres al casarse e instalarse en la ciudad adonde ellas vivían.

Los hijos de esos hombres también mamaron ese desarraigo. No hay conducta que nos marque a fuego que no sea transmitida a nuestros hijos. Para bien o para mal.

Si lo pienso ahora, mi hijo se fue a 10.000 kilómetros de esta ciudad, mientras que mi hermano ya lo había hecho hace años yéndose Nueva York a 8.500 kilómetros de casa: y mi hermana a Miami a 7.000 kilómetros.

Al final la mía es una familia de emigrantes, mientras yo elegí estar en el mismo sitio.

Así es como sucede que cuando nacen los hijos, los abuelos no los frecuentan y algunos te hacen sentir que sos vos el que se fue y los dejaste. Por suerte no fue el caso de mis padres que nunca reclamaron esas migraciones; y en mi caso, si bien no me gustaba que mi hijo se fuera -lo cual lo conversamos-, lo apoyé en su proyecto y luego de un tiempo lo fui a visitar.

Los entrevistados dijeron que lloraron esa migración. Que los 50 kilómetros que los separaba de su pueblo parecieron siempre 10.000.

BICHA de CLAUDELINA

El hormiguero

15 mayo, 2023 | Anécdotas, Vivencias | No hay comentarios

                                Caminando con mi perro Cooper por Tigre en un precioso día de otoño lo acerqué hasta un cantero del cul de sac adonde no suelo dejarlo ir, y pisamos un hormiguero de hormigas coloradas.

Ese cantero está lleno de flores amarillas y anaranjadas, y no me gusta que Cooper haga sus necesidades allí. Las plantas son jóvenes y están empezando a asentarse en la rotonda lo cual inspira un cuidado de sus brotes, y más cuando empiezan a asomar sus flores.

La cuestión es que hoy me distrajeron unas mariposas anaranjadas y negras como las que viven en México, en las alturas, que creo que se llaman monarca. Quise sacar una foto de una sobre las flores en el momento justo en que Cooper acomodó sus partes traseras, mientras yo trataba con una mano -en la otra tenía la correa- de sacarle una foto a la mariposa más otra que apareció de repente en el mismo lugar.

Cuando quise darle cuenta, estaba enredada con la correa, Cooper tenía hormigas hasta en el lomo y le subían por las cuatro patas. Y yo hasta el tobillo. Nos alejamos del lugar a los saltos, sacando con las manos las hormigas del cuerpo del animal, y luego de mis pies, y para cuando estábamos más o menos liberados, me di cuenta que la mariposa se había volado, la foto salió movida y la picazón aumentaba. Volvimos al trotecito a casa para ponernos algún ungüento que nos calme.

                                Eso me hizo acordar a un viaje que hicimos cuanto éramos chicos, con mis padres, tías y hermanos, a Misiones, creo que a Eldorado y vimos los hormigueros tipo torre de las termitas que viven en el lugar. Sus hormigueros llegan atener una altura aproximada de un metro o más. Teníamos orden parental de no acercarnos para que al pisarlos las hormigas no se esparcieran a toda velocidad. ¡Con lo tentador que resultaba ver ese movimiento enloquecedor, eléctrico, de miles de hormigas del mismo color corriendo para todos lados! Es que mi hermano es alérgico a las hormigas, así que nos perdimos ese espectáculo.

Hoy descubrí que Cooper y yo no somos alérgicos a las hormigas, que su veneno no nos lastimó y que pudimos ver el espectáculo -aunque en menor escala- de las corridas enloquecidas de las hormigas.

BICHA de CLAUDELINA


Tengo algunos temas sobre los que necesito expresarme. El problema es que no sé si son correctos para pedir la opinión del público. Vamos con el primero.

Estuve en estos días haciendo gestiones para presentar una exposición textil de Feminismo.

Son varias obras textiles de un grupo de diez artistas -9 mujeres y 1 varón-.

Una amiga me acompañó a la entrevista en la cual firmaría el Acta Compromiso par presentar le muestra y demás trámites del evento. Para ilustrar las obras realizadas a la responsable del espacio de exhibición, llevé mi tableta electrónica con fotos que fui mostrando sin que mi interlocutora prestara mucha atención. Más bien quería hablar ella sobre feminismo, su gestión, sus ideales y demás pareceres.

El feminismo militante, los aspectos del feminismo tratados en la muestra que se estaba montando ese mismo día y que se inauguraba al día siguiente. La impecable investigación realizada sobre los prostíbulos del interior del país, instalados en pueblos que ocupaban con mujeres que venían de Europa en el siglo veinte.

Expliqué que la muestra que se proponía estaba inspirada en las políticas públicas vinculadas con las mujeres, con el lugar que ocupaban en la zona sur del planeta, y que cada artista había encontrado su camino luego de investigar el tema de la mano de la curadora.

La conversación siguió hacia los artistas participantes. Frente a las opiniones de la mujer, y su firme postura feminista, recalcada en una de cada diez frases, detallé que éramos un grupo de nueve mujeres y un varón. Y ahí fue cuando me dijo:

-Yo obra trans no cuelgo!

En un principio no entendí, por lo que ella amablemente me aclaró que no la colgaba si el autor de la obra era transgénero. Ante ello le pregunté porqué?, y me contestó:

-Porque yo soy feminista.

Pidiendo disculpas y enfatizando que me interesaba mucho aprender los alcances de esa afirmación, me dijo:

-Las feministas luchamos por los derechos de las mujeres, y sus conquistas.

No quise preguntar porque me di cuenta que es un tema que no manejo fluidamente.

¿Alguien me lo quiere explicar?

BICHA de CLAUDELINA