Autor: Osobicha

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Un encantandor relato

3 febrero, 2019 | Libros, Vivencias | No hay comentarios

Estoy leyendo el libro de María Gainza “El nervio óptico”, en el cual relata aspectos de su vida personal en paralelo con la descripción de un espectador de obras de arte, las cuales se exponen en museos argentinos.

El Museo de Arte Decorativo, el Museo Nacional de Bellas Artes son los escenarios donde uno se transporta para ver las obras que describe la autora.

Google es un aliado para la lectura del libro, ya que es necesario ver la obra de la que habla Gainza.

Luego será necesario concurrir a los museos para volver a disfrutar de las descripciones de las obras y de los relatos de los autores.

Entremezclado con las miradas sobre las obras de arte de distintos autores aparecen descripciones de la vida de la autora del libro. No se sabe si son reales o noveladas, lo cual no cambia en nada su apreciación sobre los personajes que la componen.

Entre esos relatos, destaco este que me parece maravilloso:

“La primera mitad de tu vida fuiste rica; la segunda, pobre. No alarmantemente pobre, sino más bien seca, de esas que llegan arañando a fin de mes sin haberse dado ningún lujo y tienen que salir corriendo a pedir prestado si surge algún imponderable. Eso explica tu síndrome de Cuna de Oro, la indestructile sensación de que el dinero siempre está….Pertenecés a una clase que durante generaciones ha dado por sentado que todas las noches tnedría un plato de comida caliente sobre la mesa. Hay mucho de bendición en eso, y algo de maldición también: la falta de hambre te vuelve haragana. El mismo fenómeno, pero a la inversa se da en las personas que han pasado privaciones y de grandes tienen dinero. Esa gente dice que llevará hasta el último día la sensación de frío y precariedad metida en los huesos…Vos podés pasar una larga temporada comiendo arroz, pero siempre pensás que va a ser pasajero…”

“El nervio óptico”, María Gainza

BICHA de CLAUDELINA

Vivir la vida de los hijos

25 enero, 2019 | Apuntes, Lo que me pasa, Reflexiones, Vivencias | No hay comentarios


A medida que crecen y se vuelven independientes los hijos empiezan a conducir sus vidas. Ya sea que vivan solos o con sus padres.

Ellos establecerán sus propios rituales; descubrirán cuáles son los horarios que deben respetar sin que sus padres les sirvan de despertador. Ese ritual del padre que a las 7 de la mañana los llama para ir al colegio, o peor, que prende la luz del cuarto para despertarlos, pasa a formar parte de su pasado de niños. Los hijos allí ponen un punto y aparte en sus vidas.

Cuando se independizan primero prefieren la comida chatarra, y luego de verse con granos en la cara entenderán los beneficios de las verduras y las frutas. Y ni hablar cuando les toque compar sus propios alimentos y deban pagarlos.

A medida que crezcan los hijos irán fomentando algunas amistades y soltando otras. Con ellas compartirán los fines de semana, los after office y las vacaciones. Y en ese tablero de posibilidades también elegirán el país en el que vivirán, ya sea que elijan una experiencia temporaria, vivir un gran amor o iniciar allí su carrera laboral.

Los padres iremos siguiendo sus pasos, procurando intervenir en aquellas hendijas que dejen abiertas y nos dejen opinar. Algunos padres aprendemos a escuchar y a guiar, y a medida que ellos eligen, tenemos que adaptarnos a sus vidas nuevas, lejanas o cercanas, solitarias o con compañía. 

Mientras tanto los padres debemos seguir con nuestras vidas sumándoles amigos, relaciones laborales, comprometiéndonos con los afectos que nos rodean. Esos afectos nos demandan tiempo y energía; debemos involucrarnos con ellos y aprender a mantenerlos usando nuestra energía para nutrir el contacto.

También será necesario que descubramos nuevos libros para leer, nuevas series para ver en la televisión, y a qué lugares nos queremos ir de vacaciones. Todo ello sin nuestros crecidos hijos. Si señores, los hijos ya no nos elegirán para compartir sus aventuras o sus noches o sus fiestas. Ello tendrán las propias y nosotros debemos tener las nuestras.

De lo contrario nos encontraremos viviendo la vida de nuestros hijos por no haber hecho el esfuerzo de armarnos una vida propia, la cual, por supuesto, nos requiere esfuerzo y compromiso. 

Elegir vivir la vida de los hijos es evitar comprometernos con la nuestra.

BICHA de CLAUDELINA

Descanso vs. Internet

14 enero, 2019 | Vivencias | No hay comentarios

Ya conté que por un problema de salud tuve que hacer reposo Nada importante, un tema muscular molesto, que me llevó a descansar más de la cuenta.

En esa situación se intensificó mi uso de internet, ya que además habían empezado mis vacaciones. Hablé con amigas; saqué fotos; tejí; descansé; visité varios médicos; descansé; y el resto del tiempo navegué por internet.

Descanso vs. Internet: el resultado

En ese camino comencé buscando libros para leer. En Instagram encontré varios blogs dedicados a la lectura, y me anoté en el bookclub online de Viajar en Palabras. Me compré tres libros (los comenté acá).

Pero ello no alcanzó, o mejor dicho, seguí recuperándome y navegando por internet. Compré libros de arte. En 2018 visité el Folk Art Museum de Nueva York con la intención de comprarme el libro de quilting que documenta quilts hechos por hombres usando como tela los paños de lana de los uniformes de los soldados del siglo XVIII. El libro se llama “War Time Quilts” de Annette Gero. El libro estaba agotado. Ahora aproveché y le mandé un correo electrónico y Gero me dio el dato que en el museo de quilts de Nebraska los tenían. Y si ! Lo conseguí !

Mirando facebook -varias veces al día- y logrando aumentar la cantidad de tiempo en pantalla, a modo de competencia con cualquiera que se me quiera cruzar, descubrí a Harriet Power, una esclava que en el siglo XIX realizó un quilt a mano de los pasajes de la biblia referidos a la creación. Cuando tuvo necesidad, lo vendió por cinco dólares, y gracias a que la compradora supo apreciar su trabajo, el quilt hoy existe y se exhibe en el Museo Americano de Washington DC, en Estados Unidos. Tamaña historia fue documentada y no pude resistir y me compré uno de los libros que la registraron.

También encontré un libro de bordado de arte contemporáneo de la genia de Charlotte Vannier que se llama “De Fil En Aiguille”. Y en el interín, sonó el portero eléctrico. Era el cartero que me traía correspondencia. Mientra bajaba a atenderlo pensé que seguro era un aviso para que vaya (alguien más, no yo que estoy en reposo) a retirar a la sede del correo un paquete con un libro que había encargado a Bookdepository y que por algún misterio argentino nunca llegó a casa, se volvió a Europa y luego de pedirlo nuevamente, debía llegar a destino. Pero nooooo, el cartero traía el paquete en sus manos con mi libro de Andra Stanton llamado “Dimensional Cloth”.

No terminó todo allí. Como estaba terminando de tejer al crochet un pie de cama con flores africanas (acá tienen el patrón gratis), tuve que entretenerme con otro para el que necesitara usar los restos de lana que tengo. Así fue que barriendo la web encontré uno de Sandra Paul del blog Cherry Heart, que compré en Ravelry. Excelente compra porque me acompañó unas cuantas tardes.

¡Cuanta felicidad internet! Mi perro Cooper fue mi gran compañía y contigo la pasé genial.

BICHA de CLAUDELINA

Mi hijo se fue a vivir solo

10 enero, 2019 | Anécdotas, Lo que me pasa, Reflexiones | No hay comentarios

Que temita, eh? Que se te viene el síntoma del nido vacío. Que vas a extrañarlo. Que querrás que se quede un tiempo más.

¿Todo eso me pasará? ¿Esos sentimientos me saltarán a la yugular?

Mi primera hija se fue hace ya cuatro años a vivir con una amiga de la infancia, y hoy ya vive sola en su departamento. El cuarto que ella dejó paso a ser mi taller de arte y manualidades.

El cuarto que deje mi hijo será ocupado por mi marido, y decorado como a él le guste.

Después de varias conversaciones con los dueños del departamento, entrega de papeles, acuerdos de fechas y precios, hoy mi hijo firmó el contrato de alquiler y le entregaron la llave de su nueva casa.

¿Podrá arreglarse solo? ¿Sabrá que no hay que dejar papas en ollas de aluminio porque se puede envenenar? ¿Sabrá donde está la llave central de la luz si saltan los tapones?

Según me dijo ya conoce las calles de su nuevo barrio por las cuales de noche hay menos luz y es preferible evitar; ya sabe donde es la parada donde tomar el colectivo para llegar a su trabajo; y también donde queda el supermercado más barato.

¡Suerte que sabe cocinar! Que le enseñé de chico a preprarase menúes sencillos, y que de grande su padre le enseñó platos gourmet.

Hoy conocí su departamento nuevo, muy lindo; me mostró donde en el futuro colocaría el lavarropas, la distribución de los muebles que quiere. Me presentó a sus vecinos, que en realidad son 4 amigos de la infancia que viven en el mismo edificio. Es una vecindad donde se cuidarán entre ellos, y se ayudarán a empezar esta parte de sus vidas.

Personalmente veo esta situación como el desarrollo natural de la vida. En mi época no nos íbamos a vivir solos, y él con 24 años ya lo eligió sin tener dudas ni ponerse condiciones. Si, lo voy a extrañar como extrañé a mi hija, pero festejo sus saludables decisiones de elegir su lugar propio para poder respirar el aire que ellos quieren.

B I C H A de C L A U D E L I N A

Lectura y descanso

7 enero, 2019 | Libros, Lo que me pasa, Vivencias | 2 comentarios

Una lesión muscular me obligó a hacer reposo. El primer traumatólogo que visité me recetó paracetamol después de hacerme una radiografía. No tiene nada, me dijo.

Pasó una semana, y el dolor seguía, así que me saqué un turno con una deportóloga. Me revisó.. No tiene nada, haga kinesiología, me dijo.

Paso la semana y el dolor se intensificaba, entonces concurrí a otro traumatólogo que practica la acupuntura. Me ordenó reposo para recuperar mi cuerpo de un gran estrés.

Así entonces me dediqué a mirar películas y a buscar libros para leer. Mi posición física debía ser horizontal, por lo cual se me dificultaba el tejido y el bordado.

Así fue que empecé con los libros.

Libros y descanso

Primero leí “También esto pasará” de Milena Busquets. Me encantaron las descripciones de sus sentimientos frente a la muerte de su madre; la revisión de su vida, y el espíritu de la ciudad de Cadaqués que la recibe con amigos luego de aquel acontecimiento.

Luego me pasé a “La habitación alemana” de Carla Maliani, que me atrapó con el relato que no da respiro, dando la impresión que el lector va de la mano de la protagonista mientras observa sus vivencias.

Así fue que empecé el año 2019 con los libros.

Hoy fui hacerme acupuntura, tenía mucho dolor y me resistía a las agujas. El traumatólogo chino me dijo “ corticoides o acupuntura”, corticoides no es bueno para tu cuerpo.

Tanto lloré del dolor que, de vuelta para casa pasé por la librería ”Libros del pasaje” en la calle Thames 1762 en el barrio de Palermo en Buenos Aires y me compré tres libros para continuar con mi reposo y mi recuperación:

  1. Kentukis de Samanta Schweblin
  2. La ilusión de los mamíferos de Julián López
  3. Mi marido y su mujer de Rosario Oyhanarte

Enfrente de la librería del pasaje hay una confitería, y como me había salvado del corticoide que siempre engorda, mi marido compro churros con dulce de leche. Ya que mi salud mejorará con la acupuntura y no con el corticoide, y para olvidar mi llanto de dolor me comí dos churros enorme con unos mates.

Churros, mates, y libros una tarde feliz. Ponele…

B I C H A